Una pareja preocupada revisa documentos frente a una ventana, representando dudas legales sobre quedarse en España con carta de invitación.

Qué pasa si me quedo en España con carta de invitación

La carta de invitación permite visitar España por un tiempo limitado, pero quedarse más allá de lo permitido puede acarrear problemas legales. Aquí te explicamos las consecuencias y cómo evitar sanciones si prolongas tu estancia en estas condiciones.

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Aspectos legales de la carta de invitación

Para acceder a España como turista hay que cumplir una serie de requisitos, entre ellos, acreditar que se tiene un alojamiento contratado o, en su defecto, una carta de invitación.

Este documento es expedido a través de una comisaría de policía y refleja que un ciudadano español o con residencia legal en España invita a otro a alojarse en su vivienda durante unos días (no pueden exceder de 90). Esto facilita mucho la obtención del visado para quien se encuentra en otro país y quiere venir a territorio español.

El Real Decreto 557/2011, de 20 de abril, que aprueba el Reglamento de Extranjería, establece que los extranjeros deben justificar el motivo de su estancia en España y las condiciones de entrada, y que la carta de invitación es un documento apto para ello. 

Pero también destaca que esto no exime al extranjero de cumplir otros requisitos para que su entrada en el país sea legal como:

  • Ostentar un documento de identidad válido.
  • Acreditar medios económicos para permanecer en España o estar en condiciones de obtener legalmente esos medios. En el caso de la carta de invitación, el invitante puede reseñar en el documento que es él el que se hará cargo de los gastos de alojamiento de su invitado.
  • Certificado sanitario (solo se exige en ciertos casos).

La carta de invitación facilita la entrada y permanencia en España durante un tiempo breve, pero el incumplimiento de la obligación principal (abandonar el país en el momento previsto para ello) puede acarrear importantes consecuencias legales tanto para el extranjero que se queda no estando autorizado para ello como para el ciudadano que le ha invitado. Se intenta evitar con ello que este procedimiento se convierta en un cauce para facilitar la entrada en España de extranjeros que no tienen una intención real de hacer una visita o turismo, sino que buscan establecerse aquí.

Qué supone quedarse en España con carta de invitación

La carta de invitación implica que existe el compromiso de retornar al país de origen una vez expirado el plazo previsto para la visita. Si agotado este plazo el extranjero no ha abandonado el territorio español, se entiende que ha cometido una infracción calificada como grave en la Ley de Extranjería porque, en este caso, el extranjero pasa a encontrarse en situación irregular en territorio español.

Esto puede ocasionar problemas legales tanto al extranjero que se queda en España no estando autorizado para ello como para la persona que le ha invitado.

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Consecuencias para la persona que invita

El artículo 53 de la Ley de Extranjería señala que se considera infracción grave “promover la permanencia irregular en España de un extranjero, cuando su entrada legal haya contado con una invitación expresa del infractor y continúe a su cargo una vez transcurrido el período de tiempo permitido por su visado o autorización. Para graduar la sanción se tendrán en cuenta las circunstancias personales y familiares concurrentes”. El artículo 55 de esta misma norma establece una multa de 501 a 10 000 euros para estos casos. 

Eso si se opta por la vía administrativa, porque esta conducta también se puede considerar constitutiva del delito previsto en el artículo 318 bis del Código Penal, que castiga con prisión de 4 a 8 años a quien, de forma directa o indirecta, promueva, favorezca o facilite el tráfico ilegal o la inmigración clandestina de personas, en tránsito o con destino a España.

En la práctica no se suele recurrir a castigar esta conducta por la vía penal, pero sí se han dado algunos casos, por lo que hay que ser muy escrupulosos en el cumplimiento de los plazos de permanencia establecidos en la carta de invitación.

Medidas a tomar si el invitado decide quedarse

El invitante tiene responsabilidad sobre la entrada y salida del invitado del territorio español, porque es él quien se ha comprometido a hacerse cargo y ha declarado que el motivo de la llegada del invitado es hacer una mera visita a un amigo o un familiar.

Lógicamente, quien ha invitado a otro no puede obligarle por la fuerza a salir del país, pero se puede ver envuelto en un problema si el extranjero se queda. Por eso, lo que se aconseja en estos casos es tomar medidas lo antes posible.

La ley no especifica cómo actuar ante una situación de este tipo, pero lo recomendable es notificar el hecho a las autoridades y colaborar con ellas en la localización y expulsión del extranjero. Lo que no se debe hacer nunca es ocultar al extranjero que está en situación irregular, porque esto dará lugar a responsabilidades legales para todos los implicados.

Para no llegar a esta situación, es importante:

  • Emitir cartas de invitación únicamente a personas de confianza y teniendo constancia de que su único interés es realizar una visita.
  • Informar al invitado sobre las condiciones de su visita y las consecuencias que puede tener para todas las partes el incumplimiento de la obligación de abandonar el país cuando llegue el momento.
  • Si el extranjero no está alojado con el invitante, es importante que haya una comunicación constante para asegurarse de que todo transcurre según lo previsto.

Consecuencias para el invitado: multas y órdenes de expulsión

El invitado que permanece en España una vez finalizado el plazo previsto en la carta de invitación, pasa a estar en situación irregular. Esto constituye una infracción grave, según la Ley de Extranjería, y puede acarrear la imposición de una multa de 501 a 10 000 euros. 

Además, la autoridad competente puede emitir una orden de expulsión que implica que el extranjero, en caso de ser localizado, debe abandonar el territorio de forma inmediata. En estos casos, la expulsión también puede llevar como sanción accesoria la prohibición de entrada en el país por un determinado tiempo.

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